Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

24 de diciembre de 2025 - mañana

Homilía

   Hace casi cuarenta años, en 1987, el Papa Juan Pablo II recibió en Roma la visita del Patriarca ecuménico Dimitrios I de Constantinopla. Como la visita entre Pablo VI y Atenágoras en Jerusalén, unos veinte años antes, fue el encuentro entre dos grandes y cálidos seres humanos. En el momento de la partida, permanecieron unos diez minutos junto al coche que llevaría a Dimitrios al aeropuerto, como dos amigos que no pueden soltarse, y las últimas palabras del Patriarca Dimitrios fueron: «Hemos encontrado en ti a un hombre, y seremos el mensajero de tu humildad». En su discurso oficial, había dicho que venía a compartir con Roma sus respectivas tradiciones y riquezas espirituales. Ahora, al final, dice: «hemos encontrado a un hombre»; y creo que era lo más hermoso que podía decir.

22 de diciembre de 2025

1 Sam 1,24-38; Lucas 1, 46-56

 Homilía

         En estas últimas semanas de Adviento, el leccionario litúrgico suele establecer paralelismos entre personajes del Antiguo Testamento y otros del Nuevo Testamento. Hace unos días tuvimos el paralelismo entre Jesús, que inaugura la Nueva Alianza, y Juan Bautista, último representante de la Antigua Alianza y, en cierto modo, puente entre ambas Alianzas.

19 de diciembre de 2025; viernes de la 3ª semana de Adviento

Jue 13:2...35; Lc 1:5-25

Homilía

          En los dos primeros capítulos de su Evangelio, Lucas relata, en narraciones completamente paralelas, los acontecimientos relativos a Juan el Bautista y los relativos a Jesús. La circuncisión de Juan el Bautista con el canto de Zacarías es paralela a la de Jesús con el canto de Simeón; Juan crece y se retira al desierto, igual que Jesús crece y se retira al desierto durante cuarenta días; etc.

23 diciembre 2024

Mal 3,1-4.23-24; Lc 1,57-66

Homilía

          En su Evangelio, san Lucas establece un riguroso paralelismo entre Juan Bautista y Jesús. Dice de Isabel y de María: «Cuando le llegó el tiempo de dar a luz, dio a luz un hijo». En el caso de Juan, fueron los vecinos los que vinieron a alegrarse con la madre y el niño; en el caso de Jesús, fueron primero los pastores y luego los Magos. Zacarías, como José, desempeña un papel más bien discreto. Con Juan, como con Jesús, se pregunta «cómo será este niño». Ambos tuvieron una larga preparación -Juan en el desierto, Jesús en Nazaret- antes de una vida pública bastante breve.

20 de diciembre de 2025 - Sabado de la 3ª semana de Adviento

Isaías 7,10-14; Lucas 1,26-38

Homilía

          Hoy tenemos el mismo Evangelio que el día de la Anunciación del Señor, exactamente nueve meses antes de la fiesta de la Natividad, el día en que celebramos el momento de la concepción de Jesús en el seno de María, -- el primer momento de la existencia humana de Dios. Este momento, que divide toda la historia de la humanidad en dos grandes períodos -el anterior a Cristo y el posterior a su nacimiento-, es objeto de diversos anuncios o "prefiguraciones" en los Evangelios.

21 de diciembre de 2025

4º domingo de Adviento "A"

Is 7:10-16; Rom 1:1-7; Mt 1:18-24

Homilía

          Si el pueblo de Israel desempeñó un papel considerable en la historia antigua, no fue ciertamente por su importancia numérica o militar, sino por su posición estratégica. Israel era una especie de zona tampón entre las grandes potencias de la época: entre Asiria y Egipto durante un tiempo, y después entre Persia y el Imperio grecorromano. Estas superpotencias, cada una por su lado, consideraban su derecho y su deber actuar como policía internacional e imponer o deponer a los dirigentes del pueblo de Israel. En la época del nacimiento de Jesús, Judea estaba bajo la autoridad de un rey títere de los romanos y Galilea bajo un gobernador romano.

18 de diciembre de 2025

Jer 23:5-8; Mat 1:18-24

H o m e l i a

          En este relato de Mateo, que continúa el texto leído ayer, se da el título de "Hijo de David" tanto a José como a Jesús. Lo que se subraya así es el carácter profundamente humano de la intervención de Dios en la historia. El Hijo de Dios no se encarnó en abstracto. Se hizo hombre, un hombre concreto, nacido en un momento concreto de la historia de la humanidad, en un pueblo y una familia concretos. Este entorno concreto le moldeó, le dio las categorías de pensamiento y lenguaje que le permitieron hablarnos utilizando un conjunto específico de imágenes y conceptos.