Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

21 de abril de 2024 -- 4º domingo de Pascua "B

Hechos 4:8-12; 1 Juan 3:1-2; Juan 10:11-18

Homilía

          Este evangelio nos habla del Buen Pastor. "Buen pastor" es la traducción habitual. Y, sin embargo, el texto griego original debería traducirse, literalmente, como: "Yo soy el hermoso pastor" ('o poimèn 'o kalós), como nos recordaba hace unos veinte años el cardenal Martini de Milán en una admirable carta pastoral sobre la belleza que salvará al mundo. En realidad no hay mucha diferencia entre las dos traducciones, porque lo verdaderamente bello es lo bueno y lo verdadero. Esta es la diferencia entre una rosa real y una flor de plástico, entre una persona genuina y alguien que intenta engañar interpretando un papel. Cuando conocemos a una persona admirable por su generosidad, su amor, su fidelidad, ¿no decimos: "¡Qué bella persona!"?, y cuando alguien nos cuenta una historia especialmente conmovedora, ¿no decimos: "¡Qué bella historia!? Pues bien, es en este sentido que Jesús es un "hermoso pastor". Jesús utiliza esta imagen para describir la naturaleza de su relación con nosotros.

20 de abril de 2024 - Sábado de la 3ª semana de Pascua

Hechos, 9:31-42; Juan, 6:60-69

Homilía

          En este tiempo de Pascua, las lecturas de la Misa son muy ricas. Durante las dos primeras semanas, nos han presentado sobre todo las apariciones de Jesús, y ayer tuvimos, en cierto modo, la última de estas apariciones, la de Pablo.

17 de abril de 2024 -- miércoles de la 3ª semana de Pascua

Hechos 8:1-8; Juan 6:35-40

Homilía

          En esta breve sección del gran discurso sobre el Pan de Vida, Jesús afirma dos cosas: La primera es que él mismo es el pan de vida, y que quien acuda a él por la fe -quien crea en él- ya no tendrá hambre ni sed. Jesús sacia todas nuestras hambres y sed, tanto espirituales como físicas.

18 de abril de 2024 -- Jueves de la 3ª semana de Pascua

Hch 8,25-40; Jn 6,44-51

Homilía

          Continuamos nuestra lectura del capítulo 6 de San Juan. En las secciones que hemos leído en los últimos días, Jesús nos ha vuelto a decir que Él es el Pan de Vida, y que todo el que acuda a Él con fe tendrá la vida eterna. Hoy establece el vínculo entre la fe y el sacramento de la Eucaristía. El pan que dará a los que acudan a Él es su carne, ya entregada para la vida del mundo. En estas pocas palabras se establece el vínculo no sólo entre la fe y el gesto sacramental, sino también entre la fe, el sacramento y el acontecimiento de la Cruz.

16 de abril de 2024 -- Martes de la 3ª semana de Pascua

Hechos 7:51-8:1a; Juan 6:30-35

Homilía

          La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles sigue describiendo los comienzos de la Iglesia en Jerusalén. Ayer vimos cómo el diácono Esteban, lleno de la gracia y el poder de Dios, realizaba signos y prodigios, y cómo sus adversarios no eran rivales para la sabiduría divina de la que estaba lleno. Hoy tenemos la descripción de su violenta muerte. Esteban no es sólo el primer mártir de la historia de la Iglesia, sino el modelo por excelencia de constancia y fortaleza en el testimonio supremo hasta la muerte. Entregó su alma a Jesús igual que Jesús había entregado su espíritu al Padre y, en este movimiento supremo de entrega, se le abrieron los ojos e incluso antes de entregar su alma vio la gloria de Dios.

19 de abril de 2024 -- Viernes de la 3ª semana de Pascua

Hch 9,1-20; Jn 6,52-59

Homilía

          Cuando hablamos de conversión, pensamos espontáneamente en el paso de una vida de pecado a una vida de virtud. Sin embargo, no siempre es así. La conversión es algo más profundo. Todo proceso de crecimiento implica una conversión. En el caso de Pablo, la conversión fue una reorientación de su energía.

22 de abril de 2024 -- Lunes de la 4ª semana de Pascua

Hch 11,1-18; Jn 10,1-10

Homilía

              Las lecturas de los Hechos de los Apóstoles, que leemos como primera lectura de la Misa todos los días desde la fiesta de Pascua, nos muestran lo más esencial de la Iglesia. Ya existe desde Pentecostés, aunque, evidentemente, todavía no se haya dotado de las estructuras que necesitará más tarde para cumplir su misión. No se trata todavía de un sacerdocio ordenado, que aparecerá más tarde, ni de una organización en diócesis con obispos a la cabeza, ni de una estructura centralizada, ni de concilios como guardianes de la ortodoxia... Todo esto vendrá más tarde y será evidentemente importante.