8 de noviembre de 2023 - Miércoles de la 31ª semana del Tiempo Ordinario

Lucas 14:25-33

Homilia

Los textos del Evangelio de esta semana están tomados de la larga sección del Evangelio de Lucas que nos lleva con Jesús en su ascenso a Jerusalén, donde será condenado a muerte.   En este punto, grandes multitudes le siguen en su ascenso.

Es a estas multitudes -no a unos pocos discípulos elegidos- a quienes Jesús expone las exigencias que se plantean a quien quiere seguirle. Estas exigencias pueden reducirse a dos: la primera es la que San Benito resume en su Regla con las palabras: "No prefieras nada a Cristo" (RB 4,24).   Si alguien viene a mí -dice Jesús- y no me prefiere a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El segundo requisito es la disposición a aceptar todos los sufrimientos, incluida la incomprensión y la persecución que puede provocar una opción tan radical. El que no lleva su cruz para caminar detrás de mí -dice- no puede ser mi discípulo.

En la medida en que, individual y colectivamente, aceptemos vivir según estas exigencias evangélicas, siguiendo el ejemplo de Pablo, que dice a los filipinos que está dispuesto a derramar su sangre como libación por ellos, podremos hacer todos los discernimientos que se nos exigen cada día.