Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

13 de junio de 2024 -- Jueves de la 10ª semana del tiempo ordinario

1 Reyes 18:41-46; Mateo 5:20-26

Homilía

Este evangelio está tomado de la sección del Sermón de la Montaña en la que Jesús muestra en qué consiste el carácter completamente nuevo de la Nueva Ley. «Habéis aprendido...; yo os digo...», repite varias veces.

12 de junio de 2024 - Miércoles de la 10ª semana par

1 Reyes 18:20-39: Mateo 5:17-19

Homilía

          En la primera lectura de la misa, el profeta Elías nos acompañará hasta el final de la semana.

          Elías era un profeta poderoso de palabra y de obra. Cuando tenía la palabra de Dios, no dudaba en abatir a los enemigos del Señor. Pero veremos en las lecturas de los próximos días cómo experimentó también su propia debilidad. Y esto le preparará para el encuentro con Dios en el monte Horeb.

Domingo 9 de junio de 2024: 10º domingo del año B

Génesis 3:9-15; 2 Corintios 4:13-5:1; Marcos 3:20-35

Homilía

Esta escena, relatada por el evangelista Marcos, tiene lugar al comienzo del ministerio público de Jesús. Tras su bautismo por Juan y la selección de sus primeros discípulos, seguido de un ayuno de cuarenta días en el desierto, regresó a Galilea y comenzó su ministerio primero en Cafarnaúm y luego en las aldeas de Galilea. Ya había curado a varias personas, empezando por la suegra de Simón Pedro. Esta actividad repentina y abrumadora provocó fuertes reacciones de las autoridades del pueblo, los escribas, y también preocupó a su familia.

El 11 de junio de 2024 - el martes de la 10ª semana ordinaria par

Ac 11, 21b-26 ; 13, 1-3: Mt 5, 13-16

Homilía

          Cuando Jesús nos dice que somos la sal de la tierra y la luz del mundo, no nos está invitando a ser orgullosos, felicitándonos por ser los "elegidos". Al contrario, nos da una misión, y muy exigente. Nos invita a ser la sal de la tierra y la luz del mundo, no tanto por nuestra enseñanza de sabiduría, sino más bien por nuestro testimonio de vida.

8 de junio de 2024 - Fiesta del Corazón Inmaculado de María

2 Tim 4,1-8; Lucas 2, 41-51

Homilía

            Después de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, el calendario litúrgico nos hace celebrar hoy la fiesta del Corazón Inmaculado de María. Y el Evangelio elegido para esta fiesta es el relato de la subida de Jesús al Templo a los doce años, que termina con la afirmación de que María guardaba todas estas cosas en su corazón.

10 de junio de 2024, lunes de la 10ª semana del tiempo ordinario

1 R 17, 1-6; Mt 5:1-12

Homilía

          En la época en que se escribieron los Evangelios, es decir, cuando las memorias de los que habían conocido a Jesús y habían sido sus discípulos fueron recogidas por los cuatro evangelistas que conocemos -Mateo, Marcos, Lucas y Juan-, después de que estos escritos hubieran circulado primero de forma oral y luego en pequeños relatos escritos y aislados, los primeros cristianos estaban ya sumidos en la persecución. Se comprende, pues, la importancia que se da en estos Evangelios a la última bienaventuranza: "Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia...", así como la elaboración de la última bienaventuranza: "Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia. .", así como la elaboración de esta bienaventuranza: "Bienaventurados si sois insultados, si sois perseguidos... alegraos, gozad... ". Se trataba de las tensiones vividas entre las autoridades de la religión judía tradicional y el naciente cristianismo que era percibido como una nueva secta y una amenaza.

Fiesta del Sagrado Corazón, 7 de junio de 2024

Oseas 11:1...9; Efesios 3:8...19; Juan 19:31-37

Homilía

          El corazón se concibe en todas las culturas como el lugar donde residen los sentimientos, la afectividad y el amor. Por eso, a partir de la Edad Media, místicos como Gertrudis de Hefta, Catalina de Siena, Matilda, Margarita Alacoque, Juan Eudes, desarrollaron una devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que no es una devoción a un órgano físico, sino al amor divino vivido por Dios hecho hombre. Si esta devoción pudo expresarse en ciertas épocas de manera más romántica y sentimental, como lo demuestra una vasta colección de imágenes piadosas de gusto más bien dudoso, es esencialmente, en su primera intuición, sólo la contemplación del amor de Dios por nosotros, encarnado en Jesús de Nazaret. Y el relato evangélico que acabamos de leer nos muestra hasta dónde llegó este amor.