Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

11 de agosto de 2023 - viernes de la 18ª semana, año impar

Deut. 4, 32-40; Mt 16, 24-28

Memoria de Santa Clara

Homilía         

          Todas las llamadas del Nuevo Testamento son individuales y personales. Jesús no hace llamadas generales a cualquiera que quiera convertirse en su discípulo. Se trata siempre de un "Ven, sígueme" dirigido a una persona concreta. Sin embargo, aquí, inmediatamente después del primer anuncio de su pasión, Jesús enumera algunas de las condiciones que deben cumplir todos aquellos que son llamados y que desean responder a esta llamada.

10 de agosto de 2023

Fiesta de San Lorenzo, diácono

2 Cor 9:6-10; Juan 12:24-26

Homilía

          San Benito, en su Regla, dice que quiere establecer una "Escuela donde se aprenda a servir al Señor" (Schola dominici servitii). Quien viene al monasterio viene a servir al Señor, un servicio que se encarnará día a día en el servicio de los hermanos o hermanas. Ahora bien, Jesús, en el breve Evangelio que acabamos de leer, dice: "El que quiera servirme, que me siga". Por eso la vida monástica se llama también sequela Christi, vida de seguimiento de Cristo. Jesús proclama estas palabras (Si alguien quiere servirme, que me siga) en un contexto en el que anuncia su propia pasión. Por eso es comprensible que describa en qué consiste este seguimiento utilizando la imagen del grano de trigo que ha caído en la tierra. Un grano de trigo seco puede ciertamente ser triturado y comido. Pero es sólo un pequeño grano, por sí mismo. En cambio, un grano de trigo que se coloca en la tierra, si está sano, comienza a germinar en cuanto entra en contacto con la humedad del suelo. Muere como un grano de trigo, pero nace a una nueva vida como tallo, luego como espiga, y produce muchos otros granos. Y Jesús concluye esta comparación con esta misteriosa frase: "El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la conservará en la vida eterna."

6 de agosto de 2023 - Fiesta de la Transfiguración

Dan 7,9-10.13-14 o 2 Pe 1,16-19; Mt 17,1-9

Homilía

            Este relato evangélico, generalmente conocido como la "Transfiguración", corresponde a un estilo literario conocido como apocalíptico. Es un estilo que se encuentra no sólo en el último Libro del Nuevo Testamento, conocido precisamente como el Apocalipsis, sino también en varios pasajes de los Evangelios. El leccionario litúrgico de la fiesta de hoy nos ofrece, con toda razón, como primera lectura una visión del Libro de Daniel, que sigue precisamente esta línea.

8 de agosto de 2023 -- Martes de la 18ª semana del tiempo ordinario

Números 12:1-13; Mateo 14:22-36

Memoria de Santo Domingo

Homilía

          El acontecimiento que está en el centro de este relato evangélico lo sitúa el evangelista Mateo entre dos manifestaciones de la preocupación de Jesús por los hambrientos y los enfermos. Nuestro texto comienza con la multiplicación de los panes y termina con el relato de las multitudes que llevan a sus enfermos a Jesús para que los cure, aunque sea tocando los flecos de su manto.    

5 de agosto de 2023 -- sábado de la 17ª semana del tiempo ordinario

Lev 25:1, 8-17; Mateo 14:1-12

Memoria de la ded. de san María Major

Homilía

          En este Evangelio se nos presentan dos hombres muy diferentes entre sí. El primero, Juan el Bautista, es un hombre libre, sin poder ni ambición y, por tanto, también sin miedo. El otro es un hombre con mucho poder en sus manos, esclavizado por sus cálculos y ambiciones y por ello constantemente desgarrado por el miedo.

7 de agosto de 2023 - Lunes de la 18ª semana ordinaria

Num 11:4b-15; Mt 14:13-21

HOMILÍA

Esta multiplicación de los panes, relatada en el Evangelio que acabamos de leer, es el único milagro de Jesús del que dan cuenta los cuatro evangelistas. Esto demuestra la importancia que los primeros cristianos le atribuían. Cada evangelio quiere mostrar a Jesús a su manera como el nuevo Moisés, capaz de alimentar a su pueblo en la soledad y de guiarlo por el desierto. Mateo, en la versión de la historia que acabamos de escuchar, describe explícitamente a Jesús llegando al desierto, rodeado de una multitud sin comida.

4 de agosto de 2023 -- Viernes de la 17ª semana del tiempo ordinario

Lev 23:1, 4-11. 15-16. 27. 34-37; Mateo 13:54-58

Memoria de san Juan-María Vianney

Homilía

          A la edad de treinta años, Jesús había dejado su pueblo natal de Nazaret en Galilea para ir a Judea. La razón inmediata no se da en el Evangelio. En cualquier caso, en aquella época había, como siempre, un movimiento de personas hacia Jerusalén, la capital, especialmente desde el interior de Galilea. Jesús está en Jerusalén en el momento en que toda Jerusalén baja al río Jordán, en la región de Jericó, para ser bautizada por Juan. Él mismo se bautiza y escucha la voz del Padre: "Tú eres mi hijo amado, en quien me complazco". Entonces Juan dice a sus discípulos: "Este es el Cordero de Dios". Varios discípulos de Juan se unen a Jesús y éste llama a otros. Después de un ayuno de cuarenta días en el desierto, parte de nuevo hacia Galilea, donde predica y cura a los enfermos primero en la gran ciudad de Cafarnaúm. Finalmente, un día regresó a su pueblo y comenzó a enseñar en la sinagoga. Esto es una sorpresa para todos. Esta sorpresa muestra que hasta ese momento nada en la vida de Jesús en Nazaret lo había distinguido. Sin duda había celebrado fielmente con sus padres y parientes todas las fiestas del año mencionadas en la lectura del Libro del Levítico que acabamos de escuchar. Probablemente también había asistido regularmente a la sinagoga local para escuchar las enseñanzas de los doctores de la Ley. Por eso, cuando empezó a predicar y a curar a los enfermos, la gente se preguntaba: "¿De dónde ha sacado esa sabiduría y esos milagros?