Martes después de la Epifanía – 4 de enero de 2022

1 Jn 4, 7-10; Mc 6, 34-44

Homilía

           El Evangelio de hoy es una hermosa expresión del amor de Jesús por su pueblo. Es el relato de la multiplicación de los panes. No lo hace Jesús como signo de poder para demostrar su divinidad. Lo hace por amor.  Cuando Jesús vio a la multitud, dice Marcos, se compadeció de ellos, porque eran como ovejas sin pastor".

           Primero les da un alimento espiritual, enseñándoles. 

 

           A continuación, se produce el interesante diálogo entre Jesús y sus discípulos.  Los discípulos piensan como buenos negociantes. Le dicen a Jesús que despida a la gente antes de que anochezca para que puedan ir a la ciudad a comprar comida. Jesús les dice que alimenten ellos mismos a la multitud.  Empiezan a contar cuánto les costará. Pero Jesús les dice que simplemente compartan lo que tienen.  Y después del reparto hubo suficiente para todos. 

           Así, esta lectura y la de la carta de Juan nos llevan a lo esencial del amor, que no consiste sólo en sentimientos agradables, sino en un servicio concreto y en un compartir eficaz. Y este es el corazón de toda vida comunitaria: el amor, el servicio, el compartir.